sábado, 11 de agosto de 2012

¡Vivan los colores!








Nos encantan los colores!! Nos llenan de vida y nos hacen sentirnos genial. Y, como la moda manda en todos los ámbitos, los colores llenan nuestra ropa, la arquitectura, el interiorismo, nuestras calles y, en definitiva, el entorno que nos rodea. Es una lástima que asociemos siempre, y me incluyo, los colores con el verano. Colores alegres = Verano, Colores tristes = Invierno. 

En este caso los flúor se están viendo este verano en masa. Nuestro querido Amancio ha querido que no nos atropelle ningún coche. Y he de decir que me encantan, aunque hay que saber llevarlos.







Pero no sólo las tiendas se han echo eco de esta moda, ya empezamos a ver los colores flúor hace unos años en arquitectura, sobre todo en pequeños elementos de interiorismo. 

Ha llegado la explosión de color a cada rincón, sin tapujos ni excentricidades. Una combinación perfecta que hacen de una obra sencilla, una obra de arte que estimula nuestra vista, haciéndonos sentir, dependiendo del color, de una manera u otra.

Empezamos haciendo referencia a tres grandes proyectos de arquitectura e interiorismo.



Este centro de ocio y deporte se asemeja a una especie de castillo, una montaña cúbica con una fachada de paneles que van del verde al rojo y del azul al amarillo. El color es el protagonista del proyecto tanto por fuera como por dentro.
Se crean espacios que nunca se encuentran totalmente separados: unas puertas de cristal o unas simples ventanas pueden ser el enlace perfecto. Los tonos cromáticos de los paneles de fachada distribuyen las diferentes áreas del espacio interior, es una prolongación del color en el espacio.

Son estancias con personalidad que buscan el contacto visual con los niños, donde cada esquina se vuelve un juego para ellos.




El showroom de mobiliario aparece como un foco de luz y de color para el visitante, construyéndose de una forma rápida y económica. Los elementos básicos que aportan la originalidad al proyecto son los contenedores industriales, la luz y los colores flúor. 
Los cuatro contenedores se apilan uno encima del otro conformando dos túneles que se comunican mediante una apertura con escaleras que lleva hacia la planta primera. 
El llamativo color de los volúmenes constrastan entre sí y con la ausencia de color del resto del showroom.






Se propone una nueva tipología de hoteles que buscan valorizar los conceptos de ecología, innovación, diseño, tecnología y desarrollo turístico sostenible. Lo denominan Hi-Life.

Los conceptos en los que se basa el proyecto son la modularidad, la apropiación, la flexibilidad y la interconexión de los espacios, donde los huéspedes se sientan cómodos y se enfatice la convivencia entre ellos. Éstos conceptos hacen que el propio cliente pueda elegir su estancia, desde la disposición del mobiliario hasta el hilo musical.





















Este proyecto forma parte de la serie de hoteles Hi Hotel de Crasset. Fue inaugurado en 2011 pero ya en 2003 se construyó el primero en la ciudad costera de Niza. Siguen la misma línea donde los colores marcan el espacio.




















Y cuando digo que los colores flúor forman parte de nuestro entorno urbano, es decir, de nuestras calles, no digo una barbaridad. Solo tenéis que fijaros en estos ejemplos.

Y termino diciendo que es fácil crear un espacio dándole vida mediante los colores llamativos. Nos aportan alegría. ¿Y tú? ¿Te atreves a cambiar tu espacio con tonos flúor?